El transporte terrestre de pasajeros en Chile es un sector que no solo mueve personas de un lugar a otro, sino que también transporta historias, vínculos y legados que perduran con el tiempo. En este contexto, SOTRUL representa un ejemplo de cómo una empresa familiar de transporte puede no solo sobrevivir, sino prosperar durante más de 40 años. Fundada por mi papá, Jorge Latrach, SOTRUL comenzó su travesía con una apuesta arriesgada: ofrecer transporte para la tripulación de una reconocida aerolínea en Chile. En esos tiempos, implementó junto a Toyota un prototipo de su vehículo modelo Hiace, adaptado específicamente al transporte de pasajeros. La jugada fue arriesgada, pero con ello dio paso a construir una empresa de bases sólidas. Esta aerolínea sigue siendo cliente de nuestra empresa, una relación que hemos mantenido al adaptarnos a los nuevos desafíos y demandas del sector de transporte terrestre.
Desde sus inicios, la visión de mi padre fue clara: ofrecer un servicio de transporte de calidad que combine seguridad con calidez humana. A lo largo de las décadas, esta filosofía se ha mantenido como el pilar fundamental de la empresa, convirtiendo a SOTRUL en un referente en el transporte terrestre de pasajeros en Chile. La importancia de mantener a sus clientes cerca fue algo con lo que yo crecí y de lo que mi padre nos hizo partícipes desde niños. Muchas veces, con mis hermanos, hoy socios también de SOTRUL, acompañamos a hacer despacho de buses en colegios, giras de estudio, tripulaciones u otras empresas cuando le tocaba en algún fin de semana. Las idas al taller eran comunes en cada salida fuera de Santiago, y si bien muchas veces en nuestra infancia era un deber, hoy en mi adultez veo y admiro el compromiso y cariño constante de mi papá por su trabajo. Este compromiso no solo fue con sus clientes, sino también con sus empleados.
Mantener el legado de SOTRUL implica no solo recordar sus comienzos, sino también adaptarse a los cambios del entorno. La modernización del sector, las nuevas tecnologías y las expectativas de los pasajeros son desafíos que requieren una visión proactiva. La familia Latrach ha sabido integrar la innovación sin perder de vista los valores que hicieron grande a esta empresa familiar de transporte. La implementación de sistemas de gestión modernos y la capacitación constante del personal son ejemplos de cómo se puede honrar el legado mientras se avanza hacia el futuro.
El desafío de mantener el legado de SOTRUL también radica en la transición generacional. Es esencial que nosotros, las nuevas generaciones, nos involucremos en la gestión de la empresa, aportando frescura y nuevas ideas, pero siempre respetando la historia y los principios que han guiado a SOTRUL desde su fundación. La educación y la transmisión de conocimientos son cruciales para asegurar que los valores fundamentales sigan vivos en el día a día de la operación.
En conclusión, mantener el legado de SOTRUL no es solo un acto de nostalgia, sino un compromiso activo con la calidad, la innovación y la comunidad. En un mundo en constante cambio, honrar la historia de la empresa mientras se mira hacia el futuro es la clave para seguir adelante. SOTRUL no solo será un nombre en la industria del transporte terrestre en Chile, sino un símbolo de perseverancia y dedicación que continuará inspirando a futuras generaciones.
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